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“Toda la gente que está trabajando aquí, en el Paris 365, es uno de los motivos que me llenan de alegría”

Entre lo que le indigna y sus aspiraciones, El Drogas muestra también su labor solidaria y social. La energía de un Enrique que pone letra al mundo de hoy en día con sus canciones y habla sin tapujos de sus miedos.

SEGUNDA PARTE

 

¿Qué te produce indignación hoy en día?

 

Buf. Pues muchas cosas. El tema de los desahucios. Creo que las personas que se dedican a presionar a otras personas tienen que comenzar a sentir el mismo miedo que producen cuando están disolviendo una manifestación o cuando están firmando un papel para desahuciar a una familia de un piso. Se me puede tildar o definir de violento, pero creo que la violencia en estos momentos es necesaria. No sé de qué manera hay que canalizarla. Pero no puede ser que 200 maderos acaben arrasando una manifestación de 20.000 personas. No puede ser. No puede ser que sigamos teniendo oficinas de banco cubriendo los centros de las capitales. No puede ser que ocurra mientras se están hundiendo puestos de trabajo de miles de personas. No puede ser que Montoro diga que ha subido los sueldos y se quede la cosa ahí. No puede ser que Gallardón sea del ministerio de no abortes. Y no puede ser que aquí no se puedan practicar abortos en la Sanidad Pública. No puede ser que, a su vez, la Sanidad Pública esté siendo destrozada por las compañías gestoras de sanidad privada. No puede ser que la democracia sea esta puta mierda. O sea, eso es lo que no puede ser.

 

Quizá tu forma de ir contra todo eso sea mediante tu labor solidaria y, a la vez, activista en distintos proyectos. Una parte de la promoción de Tres Puntadas se grabó en Madrid y otra se hizo en el comedor Paris 365. ¿Por qué aquí?

 

Está hecha aquí porque no es algo oficial y me parece que la gente que realmente pone la fuerza que hay que poner en todo esto es lo que debe cobrar importancia. Sé las dificultades que, en una ciudad como Pamplona, tienen proyectos como este. Es por un lado lo que a mí me indigna. Que historias así tengan que andar sorteando zancadillas constantemente. Por eso, a la vez, me siento orgulloso de ser este puñetero desastre. Yo me siento más identificado con esta manera de hacer las cosas. A veces te dicen que eres como único. Y tú piensas que no, que somos unos cuantos apestaos y que te alegras de serlo, de tener unas ideas concretas y de que este tipo de proyectos puedan salir. Toda la gente que está aquí trabajando me llena da alegría. Me parece alucinante.

 

Cómo llega ahora el nuevo disco.

 

Es un triple trabajo. Cada CD lleva 8 canciones. Se titula 'Demasiado tonto en la corteza' y cada uno tiene un subtítulo. El primero es Alzheimer, hace referencia a la enfermedad en concreto y a los recuerdos. La segunda, Machinada, que en euskera viene a significar revuelta, son canciones más inmediatas, que tratan de un país imaginario con personajes imaginarios como Labar Cina, Elelegant Desanz, Santiago Cer Vera o personajes con más poder como puede ser Cosp Hedal... Son historias imaginarias porque es imposible pensar que en el siglo XXI pueda ocurrir lo que se cuenta en esas canciones. La tercera parte sólo hace referencia a la ambientación musical. 'Y glam' es un guiño a la manera de componer de gente de los 70.

 

Para cuándo en la calle.

 

Para el 5 de noviembre.

 

¿Te cuesta escribir hoy en día más una letra que antes?

 

Bua, sí. Me cuesta mucho más. Le doy muchas más vueltas. Por eso aprendo leyendo a otra gente, para escribir. Y escuchando a otra gente para componer. A la vez me cuestan más las melodías, pruebo más cosas. A mí una canción de tres minutos y medio a mí me puede costar tres meses. Eso es lo bonito de esto. Que puede gustar o no, pero el proceso que haya detrás es cosa tuya. De cómo lo has pensado a cómo termina, igual no tiene nada que ver. Pongo el punto y final cuando lo que siento es un vacío total, una tristeza enorme.

 

¿De dónde sale esa energía que transmites, Enrique?

 

Te tiene que gustar lo que haces. Cuando te gusta... La verdad es que a mí la fuerza me la dan las historias que conozco. Tendría que nacer cinco veces para tener la mitad de la biografía de personas con las que me he ido cruzando. A mí me resulta muy sencillo, es que me dedico a lo que me gusta. Y en este momento de mi vida estoy trabajando con tres personas que me empujan de una manera increíble. He vuelto a... No sé, me lo dice Mamen: que de cómo se me ve ahora a cómo se me veía los últimos dos años con Barricada es alucinante. Luego tienes que ser capaz de tener presente a las personas que están ahí. Con Barricada soy consciente, por ejemplo, del segundo plano que tomó mi familia y tienes que ir aprendiendo a ir dándole la vuelta a eso. Hay una serie de personas alrededor que son los que te mantienen con los pies en la tierra. Para mí, ahora, tanto el Brigi como el Flaco y el Txus, con los que estoy tocando, son mi sostén. Son gente que sin ellos no sería la cosa así. Es una gozada encontrarte con majaras como uno mismo.

 

¿Te has vuelto ahora más sensible a intentar que tus canciones ayuden a la gente?

 

Para mí al que le ayudan es a mí, pero no en el momento que las escribo. Sino durante el proceso de información y de ver las cosas desde mi punto de vista. No quiero ser un docente de cara a la gente. Pongo mi punto de vista y luego que cada persona tenga su criterio. Tengo un concepto muy bajo de nivel intelectual. Lo sé después de observar a personas que me he ido encontrando en mi camino.

 

¿Dónde están ahora los intelectuales de este país?

 

Hay que ir a buscarlos a su sofá. Y cuando vas a buscar a alguien a su sofá, te encuentras con una persona a la que el sofá le ha comido ya medio cuerpo. El culo es lo último que hay que dejar que descanse. Cuando dejas que te absorba, es muy difícil moverse. En lo que a mí respecta, el Rock and roll se está convirtiendo en la música de fondo de anuncios estúpidos. Me parece muy grave porque para mí es una manera de transgredir, de dar tu punto de vista de lo que realmente está sucediendo. No puede ser sólo una expresión estética.

 

Condenados a tener el culo en el sofá parece que es lo que tienen que sentir los jóvenes de hoy en día, que están parados y sin trabajo.

 

Sí, y hay que echarse un poco para atrás y que mi generación se plantee qué coño hemos hecho mal. Por qué ha pasado esto. Les hemos inculcado a nuestros hijos que estudien y, ahora, la generación más preparada es la que forma parte de la sociedad más débil. Más que la de nuestros padres en la posguerra. ¿Por qué nos hemos dejado individualizar de esta manera y tomar unos miedos que debíamos haber tomado de manera colectiva, que es donde está la fuerza? Nos hemos apoderado de ese miedo que la gente del poder tendría que sentir. Ahora tenemos nuestros miedos y los miedos que ellos deberían tener.

 

Cuáles son los miedos de El Drogas.

 

En este momento tengo un hijo que ha tenido otro hijo. Esa pareja de 27 años tiene un oficio común que, cualquier día... Y al nieto, ¿qué le va a quedar? No hemos sabido defender el tema de la sanidad y la educación pública, algo que para mí es vital. Les hemos hecho ver a nuestros hijos que eso venía dado por inspiración divina y no hemos sabido transmitir esa pelea. Una canción de los 80 de 'Siniestro total' lo refleja bien. Dice bailaré sobre tu tumba. Y eso te lo tomabas como que bailarás sobre las tumbas de los poderosos. Pero realmente hemos bailado sobre fosas comunes, de las que está lleno este país. Hemos bailado sobre este tipo de convicciones y teníamos q haberlas defendido a muerte. Ahora mismo la gente está tirándose por las ventanas por el tema de los desahucios. Y tenemos que considerarlos nuestras víctimas. Las nuestras. Son las nuestras. Hay que pelear. Por todo eso. Porque la gente tiene que buscarse la vida para seguir. Pero hasta que no seamos conscientes de que todas esas personas son víctimas nuestras, propias, no tenemos nada que hacer.

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